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martes, 20 de diciembre de 2016

Yo te amo más allá

Háblame del Universo,
De Dios,
De los posos del café
Y de los inviernos
Que encerraste con tu infancia.
Háblame de lo que crees
Como amor,
De la soledad,
De las primaveras que arrancaste
en las espinas de una adolescencia
Que te enseñó a vivir mientras dolías.
Mientras sangrabas
Y tenías que coserte por dentro
Cuando otras miradas se posaban
En escaparates y luces de colores
Sin notar el frío en el cuerpo.

Háblame de tu interior.
De las cerraduras
cuyas llaves olvidaste
en algún mar de agua salada,
O en algún desierto.
De las capas grises
que te pasean a veces
Y te emborronan.
De cómo caes en esa espiral
Una, y otra vez.
Y de cómo coges aire,
Guardas silencio
Y vuelves a subir a flote.

Háblame de la enfermedad,
Del vacío,
De la ilusión y las ganas.
De lo que te come
por dentro.
De por qué
las yemas de tus dedos
Olvidaron
la ternura de las miradas.
De los besos.
Háblame de dónde te imaginas.
De lo que ansías.

Pues los espejos
reflejan sólo
lo que intentas mostrar,
Lo bello.
La esencia,
sin embargo se encuentra
En aquellos que abrazan,
Sienten y calman
Tu "Yo" tridimensional.
Algunos se saciarán
con tu reflejo.
Yo, te amo más allá.

Chica_Salada
Sofía Reguillos

domingo, 11 de diciembre de 2016

Adicta

Me voy a volver adicta, amor,
al momento en que el agua
comienza a arder
y se encorba mi espalda
al roce de tus manos.

La manera en que se eriza
cada milímetro
de mis zonas erógenas
habla más de mí 
que las palabras
que pueda decirte.

Porque sí, 
me encanta
que me abras
a pecho descubierto
y lubriques
 mis sensaciones
simplemente
con la declaración
 de intenciones
de tu mirada.

Mis uñas ya no saben
donde clavarse.
Tu espalda,
tu pecho, tus brazos
los conozco ya
y sólo quiero seguir
sintiéndote más.
Dentro.

El climax arde
Y nosotros con él
Y caemos,
Y volvemos a caer.

Y es que sí,
Eres mi orgasmo,
Mi momento perfecto
Y el elixir
Que cada noche
me devuelve a la vida.




Chica_Salada
Sofía Reguillos

Puedo prometer que prometo

No puedo prometerte un final de cuento,
cuando los parasiempre están repletos
de perdices que murieron
en mitad de la batalla.
No puedo encajar esperanza en nuestros dedos
cuando soy la primera a la que le sobran miedos
y heridas que me hacen cada vez más humana.

No puedo, aunque quiero.
Pero sí sé que puedo 
prometer que prometo
Que haré un esfuerzo
por dormir a tu lado
y dejarme abrazar.
Que te besaré 
cada mañana.
Que cuidaré tu piel 
entre mis sábanas
y mimaré cada abrazo
al final de la jornada.
Que intentaré ser valiente
sintiéndome desnuda 
delante de ti,
Aunque sea con ropa.
Aunque sea con miedo.
Así.

Porque esta es mi mayor
declaración de intenciones.
Sabiendo que al final de la partida

Ganaré contigo, ganándome a mí. 





Chica_Salada
Sofía Reguillos

martes, 6 de diciembre de 2016

Como si no saludase el miedo

He intentado dejar la tristeza
al fondo de un cajón,
a ver si esta noche decide no salir
y podemos armarnos la coraza de besos,
como si no saludase el miedo
a través de las pupilas.

En noches alternas siento
Que mis manos,
aunque acaricien tu cuerpo
no les llega tu calor.
Hace tiempo que no encuentro
los colmillos arañándome el alma. 
El invierno está llamando a mi puerta y tú,
ya no defiendes mi muralla.

Necesito romperme.
Sacarme esta fachada
y decirte que estoy
cagada de miedo.
Que a veces lloro sin lágrimas
y grito en silencio,
donde sé que no vas a oírme.

Que mis sonrisas últimamente
son sólo medias verdades.
No me atrevo a suspirar
por si alguien se atreve a escucharme,
Vivo con el corazón por fuera
Y sólo colecciono golpes.

Hazme una señal.

O déjame marcharme.


Chica_Salada
Sofía Reguillos

Brindo por ti

Brindo por ti,
por esas ganas tan tuyas
de comerte el mundo
y entrar a la arena
con el pecho descubierto
enseñando todos tus mares.
Brindo por la sal
que llueve en tus caricias
y sana cada una
de todas mis heridas.
Por tus dedos
descosiendo mis temores,
por la luz que irradias
al despertar
y la manera que tienes
de recordarme
que existe un "Por qué",
un "Para qué"
si lleva "Nosotros".
Brindo,
porque me recordaste
que aunque
nos hayamos perdido
en batallas
de desilusiones,
no hay nada
más hermoso
que llegar a casa
y que tu sonrisa esté
                        al otro lado de la puerta.





Chica_Salada
Sofía Reguillos

miércoles, 16 de noviembre de 2016

.

Hace tiempo la vida nos enseñó
que tiene la misma proporción
de hija de puta que de bella.
Que la agonía pesa menos
Si es compartida,
Que las risas
Con aquellos que queremos
Se disfrutan más.
La vida nos encontró
A medio camino entre la fatiga
Y las ilusiones por cumplir.
Que la soledad no existe
Pese a la distancia.
Nos mostró
Que la amistad
Es la traducción
más pura del amor.
Aunque nos costase aceptar que fuera así.  
Aprendimos a tropiezos a luchar
pese al cansancio,
a sortear obstáculos
simplemente respirando
pensando que allá, en otra parte,
otros compartían la misma batalla.
Otros como tú.
Otros como yo.
Incansables.
Fuiste un hombro de largo recorrido,
Una confusión imprevisible
Llena de cariño.
Fuiste el afecto más allá
De una noche de pasión.
De unos besos robados.
Fuiste un amigo.
Un compañero.
Un hermano.
Vivimos al límite de lo peligroso,
Equivocándonos a propósito
Caímos,
Una y otra vez,
Sabiendo lo que hacíamos
Anteponiendo la ternura de las caricias
Comprendiendo que nadie nos iba a rozar
Con la misma intensidad
Que una mano amiga.
No hay confusiones que valgan,
Sabemos lo que somos
Y aquello inalcanzable que nunca soñaremos ser.
Pese a todo,
Y aunque la vida físicamente nos separa,
Somos uno unidos en este todo,
Respirando
Y esperando
En el próximo baile
En el que volvamos a caer.




Chica_Salada
Sofía Reguillos

martes, 8 de noviembre de 2016

A.S.

Nunca quisiste ser. Nunca te dejaron ser.
Se adueñaron de tus zonas erógenas para amedrentarte.
Para servir a sus distracciones mientras te decían
que todo era un juego.
Que estaba bien.
Que debías obedecer.
Sentiste asco. Y miedo, mucho miedo.
Descalificaron tu vergüenza y tú
Te culpaste por ello.


Te hicieron creer
que no podrías encontrarte a ti misma.
Nunca.
Que nadie te tocaría como lo hacían ellos.
-Y ojalá-
Te dijeron que no serías capaz
De ser una mujer. De ser una mujer.


Te buscaste y te perdiste
entre sus orgasmos y miradas lascivas.
Tú, que confiabas en ellos.
Olvidaste quién eras,
desconcertada entre sus mentiras
y abusos de confianza.

Te tiraron al arcén,
con ganas de que te pudrieras
pero tú, niña,
te marchaste, sin mirar atrás
y cortaste los hilos que tejieron
en tu vergüenza y en tu miedo.
Y en otras zonas de tu cuerpo.

Y ahora, pese a que no conocías el concepto de soñar
y que forjaste anhelos de alambre con tu vulnerable fortaleza,
gritaste a los cuatro vientos, has aprendido  a ser
y eres toda una mujer. Los dejaste atrás.
Pudiste más que ellos.                                 





Chica_Salada
Sofía Reguillos


lunes, 7 de noviembre de 2016

Vosotros los vivos

Vosotros, los que miráis sin ver.
Los que observáis por encima del hombro.
Vosotros. Que pensáis que el amor solo
se demuestra cuando se hace con el fin de orgasmos cómodos.
Que no sabéis que la cama de la que más emoción pura ha sido testigo
es la de un hospital en cuidados intensivos.

Vosotros, a los que el dolor físico os parece lejano, sucio,
que no sois capaces siquiera de entrever la intensidad del dolor ajeno,
de aquel que lucha contra su propio cuerpo.
 Contra su propio destino.

Vosotros, ignorantes.
Vosotros, benditos.
Que tenéis un presente sin remiendos.
Que tejéis un futuro lleno de sueños.
Que no paseáis entre incertidumbres.
Que no tenéis que aprender día a día
a zurcir vuestros deseos.

Vosotros, a los que miraros al espejo,
No supone revivir los destrozos
de vuestro corazón maltrecho.
Vosotros, que no tacháis días del calendario
Calculando cuánto tiempo tienes para cumplir
todo lo que has anhelado.

Vosotros, que os impedís mostrar pasión.
Vosotros, cabizbajos, cohibidos.  
Que os aflige vuestro miedo a monstruos creados
Por vuestro propio cerebro.
Que frenáis vuestros sentimientos
Por el qué dirán,
Por la evaluación de los demás,
Como si les importara.

Vosotros, que no besáis,
Que no abrazáis, que no os tiráis al abismo sin paracaídas.
Vosotros, que no viajáis, que no bailáis.
Que no miráis al mundo con la pasión de un niño.
Que no amáis con todo vuestro corazón
Porque no conocéis la sensación
de temer que mañana venga la parca
y no puedas tachar más días en el calendario. 

Vosotros, temerosos.
Vosotros, inhibidos.
Los sanos. No me dais envidia.

Porque yo puedo decir que sí, que he vivido. 




Chica_Salada
Sofía Reguillos

domingo, 6 de noviembre de 2016

Como quien calla

Podríamos hablar de todo aquello que no hablamos cuando estamos en la cama, exhaustos, después de follar.

Podríamos quitarle la tirita a los errores camuflados en desidia, en orgullos agrietados que dejan ver traslúcidamente el dolor que nos empeñamos en que sea escondido.

Una cama, a veces, es el hogar de los anhelos que supuran en cada gota de sudor todo aquello que no nos atrevemos a pronunciar.

Una vez más, amor, el silencio es nuestra almohada, como quien calma la ilusión infantil de quien se deja llevar por algo parecido al corazón.

Como quien calla.
Como quien calla.

Una vez más te voy a decir que no.
Una vez más.
Que  no.
Una…
Vez.

Al final lo escondido se abre paso y me dice que no, joder. Que no me engañe. Que no serás tú, ni él, ni mis fantasmas ni recuerdos los que van a abrazarme.

Al final seré yo, que aprenderé que callar sólo mitiga la emoción de quien se deja llevar. No los miedos. No el dolor.

Al final la cama me enseñará a acariciarme antes de abrir las piernas a la próxima persona que quiera ponerme su sello.

Al final seré yo, amor, quien me quiera.
Sin necesidad de anhelar
Que otros me abracen.







Chica_Salada
Sofía Reguillos

Dicen que una retirada a tiempo

Dicen que una retirada a tiempo
en ocasiones tiene sabor a victoria.
Yo me he acostumbrado
demasiados años
a vivir en el paladar amargo
de historias embargadas
excesivamente pronto.
De abrazos profanados.
De caricias con aroma a ceniza.

He acumulado
demasiados centímetros de decepciones
y sentimientos encontrados.
Casi no le queda huella a mi piel
que no haya sido besada
por una boca contaminada
de mentiras a medias
y suspiros pensando en otros pasados.

Vivo en una ambivalencia
entre promesas destinadas al fracaso
y utopías por cumplir.
Que tú alimentas.
Y yo, me acomodo en que  así sea.
Soy consciente.
Hipoteco mis orgasmos
por la creencia irracional
de que cuando te des la vuelta,
pensarás en mí.




Chica_Salada
Sofía Reguillos


Chica Salada

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Las despedidas prematuras son sonrisas que desahuciaron antes de tiempo


Las despedidas prematuras
Son sonrisas que desahuciaron antes de tiempo.
Un disparo fallido hacia un parasiempre.
Un corazón arrítmico a punto del ocaso.

Te extraño,
Y aún quiero respirarte en cada poro.
Impregnar mi inexactitud con tu benévola mirada.
Aún te echo en falta.
Aún construyo sueños
En los pilares de algodón de mi infancia,
Donde te veo.
Quiero dar la vuelta a las agujas del reloj
Y encontrarte, ahí, en la distancia.

No eres el polvo en la tierra,
Eres amor en mis entrañas,
Inspiración en mis tinieblas
Y esa mano, tan tangible como incorpórea
Que me acoge y me acompaña.

Tú.
Aún te encuentro en mi.
Tú.

No morirás siempre que pueda plasmarte en palabras.

Chica Salada

domingo, 30 de octubre de 2016

No eres mi dueño

No romperás la belleza de las palabras que defienden Libertad más allá de los barrotes que estás construyendo para mi.

Tus miradas no van a minar los deseos de mi alma ni los sueños que con tanto mimo y esmero he ido construyendo desde mi infancia.
Tú no eres mi dueño.
Tú no eres quien ha de dictaminar a quien o no veo. A quién abrazo.

Mis uñas son limas afiladas que más allá de tu espalda también arañan tu creencia irracional de que ponerse una falda es de rameras si no voy de tu mano. Como el perrito faldero que te encantaría domesticar.

No te engañes, te apasiona si no me muestro cobarde, porque ahí sube la ira a tu garganta y tú, hombre, acabas poniéndote encima de mi. Al final, me incrustas el miedo y la culpa detrás de las pupilas y yo, cedo. Mujer.

Porque solo me quieres. Solo me dices lo que crees que es mejor y yo, desagradecida, no te entiendo.
Y acabo, lapidada y hundida pidiéndote perdón. Por las faldas. Por las comidas. Por los amigos que tengo y por todo el tiempo que me pertenece pero no te entrego.

Hasta el día siguiente en el que me planteo si esto, verdaderamente, es lo que en mi infancia me enseñaron como amor. Por qué el idílico príncipe se convierte en bestia cada la noche, cuando se supone que sólo ha de quererme.

Pero callo. Como la ramera que me instas a ser, y yo me creo. Callo. Por el qué dirán. Callo por la vergüenza. Por el miedo.

Porque aún no tengo el ojo morado.
Aún las marcas están dentro.
Aunque mis uñas cada vez se afilan más.
Y te están esperando. 

Recuerda, no eres mi dueño.





Chica_Salada
Sofía Reguillos

jueves, 22 de septiembre de 2016

Ojalá

Podría hablar
de todas las ganas
que quedaron
a los pies de la cama,
entre nuestras piernas
y nuestros labios.

Cómo el olvido
se fue abriendo paso
y se tiñó de resentimiento.
De medias verdades
De autoengaños.

Ojalá hubiéramos sido
un poco más cuerdos.
Hubiéramos pensado
con el corazón en la mano
y los sueños de un Nosotros
como argumento principal
de la batalla.

Ojalá no nos hubiéramos roto.
Por celos infundados.
Por entendidos a medias
Y frases sin acabar
que por Miedo
Quedaron entre los dientes.
Y sin orgasmos.

Ojalá no.
Ojalá hubiésemos sentido
al frío
Colarse por la ventana
en nuestras tardes de verano.

Ojalá no hubiésemos centrado
nuestra atención en los errores
Para ahora no echar tanto
en falta los sucedáneos.
Del amor.
Del nosotros
De lo que ya no.

Ojalá no imaginara
tus anhelos en otros abrazos.
Tus sonrisas como paraguas
Y tus caricias borrando
Otras tormentas.
Ojalá no.

Ojalá aún fuéramos nosotros,
Los mismos,
Los de antaño.
Los que inventaron a mordiscos
un mundo paralelo
Vacío de orgullos
Y rebosante de abrazos.

Ojalá aún, nosotros.
Ojalá, amor.




Chica_Salada
Sofía Reguillos

miércoles, 7 de septiembre de 2016

No va a ser fácil

"No voy a engañarte.
No va a ser fácil.
No va a estar bien.
Te va a doler todo.
Por fuera de la piel,
pero también dentro,
muy dentro, bien hondo.

Vas a llorar.
Mucho.
A veces a gritos.
Otras, en silencio,
porque no comprenderán tus lágrimas.
Va a haber momentos
en que tu desesperación
quiera ganarte la batalla.
Pero ahí puedo decirte,
que sé que no le vas a dejar vencer.

Te va a costar ser diferente.
Porque vas a ser diferente.
Y tú eres el primero
que lo va a tener que aceptar.
No va a ser sencillo
 querer seguir el ritmo de los demás,
vas a frenar unas cuantas veces.
Te vas a caer.
Pero ten por seguro que siempre
te vas a volver a levantar,
y vas a seguir, aunque te cueste.

Vas a aceptar miradas de incomprensión.
Incluso alguna de rechazo.
Y vas a tener que aprender
a pasarlas por alto.
Angelitos. Si ellos supieran.
Qué más quisieran ser la mitad de fuertes que tú.

Vas a llamar hogar
a lugares insospechados,
y aprenderás a diferenciar
las miradas compasivas
de las que te quieren de verdad.
 Esas, que te van a empujar,
aunque a veces no quieras,
pero será para nunca dejes de caminar.

Va a ser difícil,
pero desde el día uno vas a ser fuerte.
Y vas a seguir adelante,
te cueste lo que te cueste.
Porque tu lucha vale más
que cualquier guerra banal.
Porque tienes una meta:
Nunca, nunca, dejar de respirar."



Una carta explicativa parecida a esta habrían de darle a cada familia en la que se diagnostica una enfermedad rara.  Unas palabras de aliento para la lucha diaria. Un hombro amigo para los momentos de bajada. Mañana es el día Internacional de la Fibrosis Quística. 

Y yo, pienso seguir respirando.




Chica_Salada
Sofía Reguillos

viernes, 19 de agosto de 2016

Cambiar el Mundo

Desde que apareciste comprendo
por qué Ilusión Tiene nombre de mujer.
Cada mañana dibujan tus hoyuelos
Lo que quieres ser de mayor,
Y siempre, apareces Feliz.
Quieres cambiar el mundo.
Tus labios ansían Libertad,
Y tus dedos rebosan Justicia.
Cambiar el mundo, cariño,
Empieza por esta habitación,
En cada pensamiento que atrapas,
Haces tuyo y disparas
Ferviente a otros como yo,
Que han oxidado la aventura de vivir.
Cambiar el mundo es
La Gran Revolución
Que empieza en casa,
Cuando atreves a expresarte
Sin pedir perdón,
Cuando tu bandera es la ternura
Que olvidó la Humanidad.
Cuando sales a la calle
Con la cabeza alta
Y con sonrisas de sudor.
Cambiar el mundo, pequeña,
Es respirar cada día con más ganas,
Pisar fuerte y abrazar largo,
Y tender puentes,
Siempre puentes,
Nunca candados.
Cambiar el mundo es
Defender el amor
Entre hombres y mujeres,
Y entre mujeres, y hombres,
Y niños. Y todo ser humano.
Y todo ser vivo.
Cambiar el mundo, amor,
Es respetar y enterrar el orgullo,
Y la vanidad.
Y la mentira.
Cambiar el mundo es
Tender la mano al de al lado
         - No hay nadie debajo -
Ser el huracán que extirpa las tristezas
Y recoge alegrías.
Cambiar el mundo es estar
Con el enfermo,
Con las familias,
Con el huérfano,
Con los refugiados
Y con todo aquel que necesite
Una mano amiga.
Cambiar el mundo
es pisar fuerte
Mirando a los ojos
En cada rincón del planeta
En el que te encuentres.
Cambiar el mundo es ser,
Precisamente,
Como tú eres.



Chica_Salada
Sofía Reguillos

lunes, 1 de agosto de 2016

Te hubiera invitado hoy

Te hubiera invitado hoy
A volar a través de la noche de Madrid,
A rompernos a versos.
A olvidarnos del tiempo,
De lo que somos.
De lo que fuimos.

Te hubiera invitado hoy
A parar las agujas del reloj,
A hacerle peinetas al Adiós,
A soñar despiertos,
A querer dormidos.

Te hubiera invitado hoy
A besarnos cicatrices que aún nos dan miedo,
A tentar al futuro con los párpados abiertos,

Te hubiera tentado hoy
A querernos libres, desnudos, sinceros.




Chica Salada

lunes, 25 de julio de 2016

Por si te decides a volver

No quiero
acompañarte a la estación;
No quiero
volver a despedirme.
No quiero
abrazarte de nuevo
Y decirte adiós,
Que te vaya bien,
Y todo eso que se dice
Para evitar el silencio.

Lo que quiero
Es agarrarte fuerte
Y decirte que no,
Que no te vayas.
Que anoche eras mía
Y que mi cama sin ti
transpira peor.

No quiero
Quedarme sin mi escudo
contra dragones,
Pues aún nos quedan sueños
Y todavía hay lugares
Esperando nuestros besos
Por las calles de Madrid.

No quiero
ser mayor;
Aún no he aprendido a despedirme.
No puedo
Resumir en palabras
El amor
que mereces de mis labios.

Así que me contento
Con acompañarte a la estación,
Llevarte la maleta,
como quien carga
Con todos tus miedos,

Esperando que comprendas
Que dejo mi puerta abierta
Y mi corazón
Incompleto
Por si te decides a volver.



Chica_Salada
Sofía Reguillos

martes, 19 de julio de 2016

Alzar el vuelo

Nos dijeron que éramos libres,
que podíamos construir nuestros sueños.
Y nosotros, ilusos, les creímos.
Y estamos aquí, aún sedientos
de Libertad y tejemos
alas de papel pensando
que son mariposas
y podrán alzar el vuelo.
Pero son sólo deseos
plasmados
con la tinta de nuestras venas,
por las que casi desangramos
nuestro pensamiento,
nuestros anhelos e ideas.
Porque luchamos
sin cesar, no conocemos
la palabra "retirada"
y sin embargo
no hemos visto aún aquello
que nos prometieron.
Y nuestro sudor sigue cayendo,
y seguimos llenando
el bote de los sueños
incumplidos,
y seguimos arrimando
el hombro por el futuro de nuestros hijos.
Y seguimos construyendo
alas de papel, esperando
que ellos algún día,
Comprendan y sepan ver
que son libres, q
que pueden alzar el vuelo.





Chica_Salada
Sofía Reguillos

lunes, 4 de julio de 2016

Sí, me gustan tus sonrisas.

Si me gustan tus sonrisas
es porque sé que vienen camuflando
las heridas del ayer
y los miedos del mañana.
Y es ahí,donde quiero ayudarte a sonreír. Luchando.
Contigo.






Chica_Salada
Sofía Reguillos

miércoles, 15 de junio de 2016

Los momentos de después

Que los instantes de placer
Buscados en besos de entretiempo
No me ofrecen
la dicha que siento al yacer,
Acariciando tu espalda tendida en tu pecho.

Que rozar el cielo es también saber
Que el deleite viene en los momentos después del sexo
Cuando en lugar de huir sientes irremediables ganas de quedarte a vivir,
En ese hogar llamado lecho.

sábado, 4 de junio de 2016

Quiérela

Quiérela.
Quiérela feliz, altiva, cabizbaja, fugitiva, huidiza o decidida. Quiérela libre, cariñosa, enfadica, errante o diosa. Quiérela ágil, torpe, luchadora, orgullosa, cansada o afligida. Quiérela ilusionada, apasionada, aventurera o tranquila. Quiérela en el camino, en sus climax y en sus caídas. Quiérela cantarina, artista, reflexiva, lógica, loca, niña.  Quiérela en sus lágrimas, en sus miradas, en sus bailes y en sus sonrisas.
Quiérela así.
O no la quieras.

lunes, 30 de mayo de 2016

Puntos suspensivos que se niegan a ser finales

Eres mi escalera hacia el abismo.
Mi callejón sin final.
El desengaño
con el que quería
engañarme.
Eres el camino que sigo
y que me devuelve
siempre
al puto punto de inicio.
Mi herida abierta
que me niego a cicatrizar.

Eres el dulce sabor a melancolía
en las noches de insomnio.
La sonrisa forzada.
Los versos que no riman
en una carta de despedida
que el cartero no quiere entregar.

Eres mi montaña rusa
de orgasmos y lágrimas. 
La pasión descontrolada.
La lluvia al otro lado de la ventana,
el chispear sin paraguas,
las espinas de la rosa
que no quiero cortar.

Eres todo y no más
que algunos puntos suspensivos
que se niegan a ser
punto y final.

miércoles, 27 de abril de 2016

Día Nacional FibrosisQuistica 2016

Si en este recorrido he podido tan siquiera tocar el alma de alguien, mi existencia no habrá sido en vano.

No me malinterpretes, no quiero marcharme tan rápido. Dicen que la vida es una lucha. Y hoy, hemos ganado otra batalla. Celebramos el Día Nacional de una enfermedad que poca gente conoce. Benditos ellos. No han tenido la suerte de mirar a los ojos de la muerte. Hacerlo quema, duele, aterra. Y son sensaciones que te acompañan siempre, aprendes a caminar con ellas y agarras cada aliento de vida como si fuera el último. Por si acaso mañana no me levanto. O lo hago tan jodida que no puedo sonreír. O dar abrazos.

A veces no descanso. La tos no me deja entrar al sueño REM, y mi cerebro me recuerda el sobreesfuerzo de ayer. Como si cada cosa que hago no fuera un esfuerzo. A veces me duele cada centímetro del cuerpo, el azúcar me juega malas pasadas, tengo que obviar el dolor de las bronquiectasias y el calvario de mi estómago. Y por si fuera poco, mis pulmones me gritan que hoy, especialmente, les está costando demasiado respirar.

Y yo no les hago caso. Y sigo respirando.

A veces el invierno tiene la mala costumbre de colarse por mi ventana cuando me siento vulnerable. Y me recorre un escalofrío por si la de la parca decide tocarme en el botón de reinicio, y no me vuelvo a encender.

Asi que, aunque me duela todo, aunque mi cuerpo me grite, me levanto. Y me visto con una sonrisa, me maquillo las tristezas y supuro mis heridas para que las cicatrices se noten menos. Salgo a la calle y sonrio de nuevo. Inspiro. Soy amable y pongo el corazón en cada cosa que hago. Estudios, trabajo. Me gusta dar  abrazos. Por si mañana no puedo. Me gusta reír aunque acabe tosiendo, me gusta saltar y hacerme fotos que, lejos de una imagen, capturan un sentimiento, una emoción que me sale del cuerpo. Y me encanta.

He tenido que decir adiós a demasiada gente demasiado pronto. Y no sabéis lo que cuestan los inviernos sin ellos. La rabia y aflicción que me invade cuando pienso en los que no lo consiguieron.  Los echamos mucho de menos, y si creo en la inmortalidad es por el pedacito de alma que dejamos en los que nos conocieron. Yo guardo muchos trocitos en lo más profundo de mi corazón, en una cajita, a buen recaudo, y me inspiran y ayudan en cada paso.

Creo firmemente que las escaleras del hospital han escuchado más plegarias sinceras que las Iglesias. Creo en la humanidad de las médicas y enfermeros, en el sufrimiento de dos hermanas afligidas en un pasillo, en el llanto desgarrador por un tratamiento que te puede salvar la vida. En la mezcla de miedo y decisión en la puerta de un quirófano. Estoy acostumbrada a ello. Y esos momentos me han enseñado más que cualquier lección de la escuela. Y me han hecho ser como soy, amar como amo. Por eso siempre apuesto todo al rojo, sin miramientos, sin temores. Con ilusión y por si fuera mi última apuesta. Aún tengo muchas ganas y mucha vida que sacarme de entre los dedos. Aún pienso seguir riendo, seguir sufriendo, seguir respirando.

No pienso rendirme y espero seguir sumando primaveras, retos conseguidos y más sueños por cumplir.

Y si  en este recorrido he podido tan siquiera tocar el alma de alguien, mi existencia no habrá sido en vano.

sábado, 23 de abril de 2016

Necesitamos sentir miedo

A veces necesitamos escapar. Huir. Nuestro cerebro decide sin preguntarnos disociarse de la realidad. Construir un dique que aguante la avalancha. Y eso nos ayuda. Es un método de defensa ancestral que ha conseguido que superásemos los traumas de nuestra historia. Congelar las emociones y  destruir los pensamientos antes incluso de que llegaran a formarse.

Pero este mecanismo no es eterno. El muro que construimos, en ocasiones, reblandece su cemento. Y comienzan a filtrarse recuerdos y emociones que no queremos ver en nuestro presente, porque nos resulta demasiado doloroso de enfrentar. Pero es necesario.  Integrar para avanzar. Para poder desbridar nuestra carne quemada y reconstruirnos desde los cimientos. Hay que sentir el dolor. Hay que llorar alguna vez para supurar nuestras cicatrices. Tenemos que tener miedo, porque sin él no podemos empoderarnos para batallar contra el siguiente obstáculo de la vida. Porque los tendremos.  Sin la ira, la tristeza o el miedo no podemos sentir después satisfacción cuando podamos reconstruirnos de nuevo.

Y créeme que estos sentimientos desagradables, como el momento que los causó, tampoco son eternos.

domingo, 17 de abril de 2016

Te juro que no es verdad

Te juro que no es verdad. Que no me importa una mierda que te hayas marchado sin decir adiós. Que no se me ha quedado atragantado entre las cuerdas vocales un “no te vayas”.

Te prometo que cada noche no recuerdo las veces en que nos mordíamos las ganas sobre tu edredón, porque teníamos demasiada pasión entre los dedos como para entretenernos abriendo las sábanas. Ya nos abríamos nosotros.

Te juro que no me siento desarropada sin que me abraces por la espalda. Que mis manos aún saben navegar aunque no sea por tus lunares. Que a mi carmín no le importa que ya no me lo quites a lengüetazos.

Te prometo que cuando salgo a correr  ya no pienso en ti. Que no busco 212 maneras de pedirte perdón por las omisiones y explicarte que aunque no te necesito, elijo mi vida cuando es junto a ti.
Te juro que aún no sé dónde guardarme los tequieros, pues mis bolsillos están repletos ya de tantas decepciones. Quería escribírtelos  uno a uno en un papel, y cada mañana dejártelos en la almohada para que cuando te fueras a trabajar, lo hicieras siempre con una sonrisa.

Te prometo que no echo de menos tu mirada, ni tus manos, ni tus caricias. Ni nuestras conversaciones trascendentales sobre la muerte o la sociedad, o cómo sentíamos que nuestros besos eran capaces de salvar al mundo.


Enfin. Te juro que a veces miento.  Pero que no estoy loca. Aunque sé que no existes, y que en ocasiones te invento. 


Chica Salada

martes, 5 de abril de 2016

Fotografía

Ella siempre decía que no le gustaban los flashes. Que le merecían más respeto las fotografías con luz natural, que supieran captar la esencia indeleble de la belleza que se esconde en el interior de lo inerte. Y de lo vivo.

Y entonces el objetivo capturó todo aquello que no se podía describir con palabras. Los lunares de su espalda eran demasiado hermosos cuando reposaban en el otro lado de mi cama. Y no encontraba manera más justa para retratarlos que deslizar mis dedos cargados de poesías y heridas sin cicatrizar, procurando que fueran lo suficientemente dignos para intentar sellar con caricias los miedos que escondía en el interior de su ombligo.

Rozar con los pies el suelo y con las yemas de los dedos el alma se parecían demasiado a una noche entre sus piernas y sus abrazos. Sus besos saciaban la sed del sediento y colmaban de manjares al hambriento. Aunque yo siempre quería más.  Siempre quedabas deseoso de aquel elixir que solo ella emanaba. Solo ella. Nadie más.

No hacían falta palabras. Una mirada guardaba en mi recuerdo todo lo que había callado. El inestimable valor de su sonrisa o como hacerme sentir que los milagros existían si venían de sus manos. Que si sus labios pronunciaban mi nombre me llevaba a un estado demasiado parecido a lo que algunos llamaban Felicidad. Pero no tenían ni idea, porque no la conocían. No podían captar sus medias sonrisas cargadas de silencios, o su mirada benevolente y solidaria, o cómo parecían llamas sus pupilas  cuando le quemaban injusticias en la piel. No podían sentir su pecho explotar de placer cada viernes por la noche o cómo la brisa le acariciaba el pelo cada atardecer en el templo de Debood. O cómo miraba con ansias de exprimir la vida a cada bocanada de aire, a cada baile, a cada risa.

Mi cámara se enamoró de su silueta como mi persona lo había hecho tiempo atrás. Con calma y ternura. Quería mostrar en mil imágenes la calidez de su presencia, el aroma de su pelo o el sabor dulcemente salado de su piel. Quería, de manera altruista, enseñarla al mundo, con la delicadeza de  quien presenta su bien más preciado. No podía guardarla solo para mí. Sería egoísta, pues sabía que tenía enfrente de mis ojos la cura de todo dolor de la humanidad.

Y por eso, me dediqué a la fotografía.
Quería mostrarla al mundo.
Quería hacerla inmortal. 


sábado, 2 de abril de 2016

Fuimos

Fuimos presente, futuro, pasado. Anhelos inherentes de ensueño que nunca se cumplieron. No fuimos más que labios en un suspiro, notas en un acorde disconforme, musicalmente abstracto lejano a la melodía de la belleza que bautiza nuestros días.

Fuimos una carrera contra el tiempo, un camino incierto, un verso que no rima en un poema sucio, vacío, inexperto. Inmerso en una vorágine de emociones y pensamientos, de rumores que no llegaron a ningún lugar.  De sueños  que no se cumplieron.

Fuimos rumiación, preocupación y miedo que pesaron más que los gritos ahogados que el corazón quería sacar a flote, pero que no podía. No podía porque le costaba más remendar a las heridas a causa de tantas cicatrices.

Fuimos eso que quiso ser y nunca fue. Fuimos besos. Fuimos pasión.

Fuimos nada. Fuimos sueño. 

Chica Salada

domingo, 13 de marzo de 2016

Marina



Hay libros que te cambian de por vida.
Que te llegan tan adentro que suponen un punto de inflexión.
Hay libros que te rozan el alma.

Y en mi caso, éste, es uno de ellos. 
Gracias, Zafón.

martes, 8 de marzo de 2016

No es ella, soy yo

No eres tú. Es la sociedad. Son los valores que nos han inculcado.
Las niñas de rosa. Los niños de azul.
Las niñas, barbies. Los niños, coches.
Y si no te gusta, te aguantas.
El fútbol no es para la mujer.
Y a ti, hombre, ni se te ocurra dedicarte al baile.
O a cualquier cosa que se le parezca.
Camuflaré en mi mirada con una máscara de tolerancia,
la incomprensión.


No llores. No. Ni se te ocurra.
Si eres hombre diré que lloras como una chica. (Como una chica? Los chicos no lloran?)
Si eres mujer, diré que eres demasiado sensible.
Inexperta.
Vulnerable.
Eres demasiado emocional.
Estás "loca", como todas las demás.
Que no es que mi cerebro (y cualquier cerebro normal) no entienda la ambigüedad.
Que no vea la injusticia.
Que no me queme la piel con la violencia.
O con las personas que mueren de hambre.
O con las mentiras.
Se vé que solo percibimos estas cosas las mujeres.
Los hombres no.
Nosotras estamos "locas".

Y que no se me ocurra beber alcohol.
O volver sola a casa. De día o de noche, da igual.
O vestir con minifalda. O con escote.
O colorear mis labios de carmín:
Lo voy buscando.
Que no es que haya que enseñar autocontrol (reducido hasta el absurdo)
a aquellos hombres (que no todos) que quieran hacernos daño.
No. Por favor.
Si viajamos solas, sabíamos a lo que nos enfrentábamos.
¿Qué esperábamos?



Si me gusta el chico más guapo de la clase,
él se da por supuesto que dejo de ser yo,
para pasar a ser "la novia de".
Soy suya.
No me mires. No me toques. No me hables.
Y si me ha empujado, o me ha insultado.
Incluso (¡incluso!) si me ha pegado un bofetón
Es que me lo merezco.
Porque no le he satisfecho, no he hecho mis tareas.
No he sido como él quiere que sea.
No he sido una (no) buena novia.


Y ni hablemos de otros países.
Esos de los que en ocasiones nos damos cuenta que (¡vaya!)
Existen.
Esos en los que las mujeres, ni siquiera tienen voz.
Donde sólo son las mujeres de, concebidas para concebir hijos.
Sanos.
Y hacer tareas.
Y trabajar. Dentro o fuera de casa.
Y dejarse la piel y el sudor para  que el beneficio se lo lleve su marido.
Esos países donde violan a niñas de 7 años. O de 13. O de 20. Me da igual.
Esos países donde trafican con cosas (que no vidas humanas)
sin nombre ni apellidos,
ni historia,
ni voz.

Esos países donde no vivimos pero que tienen como dogma
el patriarcado llevado al extremo,
lo más significativo de los machismos que tenemos aquí.

Recuerda que esa chica que bebe,
que decide decir libremente "no" cuando no quiere,
que se pinta los labios de carmín,
que quiere ser independiente,
pudo ser tu madre, o podrá ser tu hija.
O puede ser tu mejor amiga.

Pero, claro, será la sociedad.





Chica Salada

lunes, 29 de febrero de 2016

Tu inocencia interrumpida

Me duele tu inocencia interrumpida.
Me duelen tus ilusiones rotas.

Me duelen las frustraciones
que has tenido que afrontar
desde la ternura de tu ojos
has aprendido a sufrir demasiado pronto.
Sabes demasiado de la vida.

Llevas cargada a la espalda
las omisiones del ayer
y las responsabilidades del mañana.
Aún tú,
que ni siquiera tienes derecho a voto,
cuelgas demasiadas sonrisas
que ocultan lo que ocurre en casa.

El alcohol no es su aliado,
ya lo sabes.
Cada noche calmas
la mirada amedrentada de los 5 años.
Con una sonrisa forzada
y un: "Vamos a estar bien, no pasa nada"
que a ti misma te gustaría poder creer.

Me duele que tu cuerpo de niña
camufle la fortaleza de una mujer.
No es justo.

Me duelen tus reflexiones nocturnas
acompañadas
de la banda sonora
de los gritos y los golpes
que te desquebrajan
a cada minuto el alma.

Me duelen tus ojos
teñidos de desconfianza.
Tu mirada hacia el mundo,
vacía y desesperada,
Anhelando cobijo en personas
que no te darán más
que alguna palmada en la espalda.

Me duele
que presuman de empatía
y rebosen incomprensión.
Que vean en tu conducta manifiesta
la dureza de tus actos y palabras.
Sin indagar acerca
del dolor de tu corazón.

Me pesa.
Me pesa mucho tu mochila,
con las miserias de la vida.
Me pesan tus sentimientos encontrados
de amor y rencor,
necesidad e indefensión,
miedo y valentía.

No quiero
un mundo tan injusto
para tu mente de niña.
Quiero
que te devuelvan la sonrisa
los ojos a los que miras.
Que un día
recuerdes
que estas piedas
te hicieron fuerte
pero no quebraron tu camino.

Me enerva
que aquellos que han de protegerte
sean los que más te hieren.
Sitúate,
por favor,
en el lugar que te pertenece.
Salta, baila,
y que tu mayor preocupación sea
comer o no las judías de la abuela.

Y no evitar los gritos por los golpes ahogados.
Y no que nadie seque tus lágrimas.
Y no que nadie te cure las rodillas.

Me duelen tus ilusiones rotas.
Me duele,
Tu inocencia interrumpida.




Chica Salada

viernes, 26 de febrero de 2016

Aún me dueles

No puedo insultarte.
No puedo golpear a un recuerdo.
No puedo arañar la cara 
de alguien que ya no está ahí.
No puedo odiar al propio miedo.

Aún en la distancia
me haces daño,
Aún pese al olvido,
me hieres.
El ser inerte 
de tu presencia
no se marcha 
pese al paso de los años.

Aún me duelen los engaños.
Aún tengo las marcas 
de los bofetones 
silenciosos 
de tu nombre.
Aún.
Aún me dueles.
Aún huele en mi memoria
A las noches de invierno y autoengaño.

Aún lloro en la penumbra. 
En la almohada.
Recordando aquellos días.
El silencio 
es más tormentoso 
que el olor a quemarropa.
Que el dolor físico.
Más aún.

Puedo aguantar golpes; 
Tengo una coraza para eso.
Pero aún 
me pesa el daño de dentro.
El de verdad. 
El dolor psicológico y emocional.
Os lo aseguro,
Ese lastra mucho más.

Y sé que aún necesito tiempo 
para que las heridas comiencen a sanar.
Aún no tengo callo.
Aún está mi corazón pesaroso.

Aún me dueles.
Ya no te quiero.

Pero aún tengo miedo a tu odio. 


Chica Salada

miércoles, 17 de febrero de 2016

Como cuando aprendía a montar en bicicleta

Sólo conozco este modo de vivir:
Al 100%.
Como cuando te caes con la bici
hasta que logras aprender.
Sólo sé lanzarme al abismo,
una y otra vez.
Hasta que me sangren las rodillas.
Y sólo sé echarles alcohol
para que cicatricen rápido.
Aunque duelan más.


Sólo es así como sé querer:
Todo al rojo.
Que el agua me queme tanto
que enrojezca mi piel.
Como su mirada.
Como de su boca mi sed.
Que me desarme con tan solo una palabra.
Que un beso nos transporte
al atardecer más bonito
visto desde la Torre Eiffel.

Me gusta ser yo misma con él.
Desvestirnos de miedos.
Ser calma en su impaciencia.
Que sea sonrisa en mi tartamudez.
Es bonito.
Cicatrizar las heridas con alcohol y besos.
Querer seguir desollándome las rodillas.
Como cuando aprendía a montar en bicicleta.
Pero ahora aprendiendo a quererle a él.

Chica Salada

jueves, 4 de febrero de 2016

SER FUERTE



Ser fuerte es saber agarrarse bien en las despedidas. Es mirar al recuerdo con una lágrima y después saber sacar una sonrisa.

Ser fuerte es saber decir adiós. A una persona. A una etapa. A una vida. No engañarnos a nosotros mismos, comprender que mañana, no serás el que eras.

Ser fuerte es renunciar al salvavidas. Decidir nadar por ti mismo. Aunque duela.

Ser fuerte es aprender a despedirse. Y a decir "hasta pronto". Comprender que los caminos se separan, pero que los corazones siempre caminan en paralelo.

Ser fuerte es saber que nadie te enseña previamente a madurar. Que te toca a ti comprender que en esta vida siempre hay un comienzo, y por ende, un final.

Que las etapas, terminan. Pero que hay personas que siempre permanecerán

Chica Salada


miércoles, 13 de enero de 2016

PRÍNCIPES Y PRINCESAS DE UN NO CUENTO

PRÍNCIPES Y PRINCESAS DE UN NO CUENTO

Hemos aprendido que
Ya nadie cree sin fundamento.
No buscamos princesas ni príncipes de cuento
Sabemos que  el amor se puede encontrar antes
o después de follar.
Y no nos importa.
Hemos dejado de ser mentes ilusas que buscaban heridas que cicatrizar,
Para echar sal en la piel abierta
Y aprender nosotros a vivir con ellas
Sin una media naranja que nos ayude a madurar.

Hemos aprendido
que el juego se aprende cuando te decides a jugar
Que nos llena de adrenalina
y nos saca de ser meros autómatas
Por los caminos de la vida.
Esos caminos que hemos decidido explorar solo
Con manos amigas
Sin que te lleguen a agobiar.
Por miedo a enamorarte, quizás, claro.
O por miedo a simplemente dejar de ser
Lo que habías decidido ser.
O porque simplemente no quieres cambiar.

Hemos aprendido
Que se aprende más entre los lunares de una espalda
Que mirando al infinito,
Que ocultan más secretos los silencios
Que las adivinanzas,
Que el cielo se puede encontrar
Más abajo de un ombligo. 

Hemos aprendido
Que no somos zombies.
Somos hormonas y emociones,
Pieles y sentimientos
Que se unen todos en uno
Enlazados en dos cuerpos
Que deciden conocerse
Jugando, a veces
Con el lado oscuro de la pasión y el fuego.


Y nos gusta. Y no hay decoro ni arrepentimiento.
No hay justificaciones vagas, ni unicornios de cuentos.
Las princesas llevan tacones en la cama
Y los príncipes…

Te besan en el cuello.


Chica Salada