¡Bienvenid@s!

Gracias por dedicar un momento a pasear por estas letras.
Podéis seguirme también en:
Facebook: Besos que Saben a Sal
Instagram y Twitter: @Chica_Salada

¡Nos leemos!

viernes, 27 de septiembre de 2013

Dulce dinamita

Dulce dinamita.

Aún no me creo que no estés. Que no vayamos a ver más tu sonrisa. Ni tus fotos. Ni tus comentarios ni actualizaciones de estados esperando pulmones.

No veré más tus "me gusta" en mis vídeos o mis fotos. Nuestras menciones por twitter. Ni hablaremos sobre qué harías después del trasplante. Sobre tus ganas de estudiar o tus ganas de conocer mundo. 

18. Y ya no estás. 18, y los 3 últimos los has pasado esperando algo que no iba a llegar. ¿Quién te lo iba a decir? ¿Quién nos iba a avisar de que un día, ya no ibas a estar? Podría haberte dicho tantas cosas....

Podría haberte dicho que te he cogido un inmenso cariño en todo este tiempo que nos conocemos. Que eras mi niña del grupo. Nuestra niña. Nuestra peque grande. Una grandísima persona en un cuerpo que ansiaba respirar. Podría haberte dicho que tenía unas ganas inmensas de dar nuestras clases de guitarra, cuando estuvieras un poquito mejor, de cantar y tocar juntas. Podría haberte dicho que tenía muchísimas ganas de abrazarte y charlar, un día, en una cafetería, fuera de un hospital. 

Podía haberte dicho tantas cosas.... Como tú escribiste en un estado...no eliges dónde conoces a una persona, o dónde le dices el último adiós..... Éstas no serán ni mucho menos las últimas palabras que te diré, pero si me hubieran dejado elegir cómo quería despedirme de tí, supongo que sería algo así. 

Con tu corta edad luchaste mucho más de lo que muchos podrán incluso imaginar. Fuiste fuerte y grande. Sonriente como la que más y con una vitalidad increíble. Y nunca olvidaré eso. Todo ha sido tan repentino que me asusta pensar que las sonrisas puedan desvanecerse, así, sin más. Pero tú, Carmen, nunca te desvanecerás. Seguirás estando en mi corazón, en todos los corazones que te hemos conocido.  

Cada vez que cante me acordaré de ti. Por los acordes que ya no podremos dar juntas. Pero con el mismo cariño, y pensaré que desde arriba, nos regalas tu sonrisa. Esa sonrisa que te caracteriza.


Te quiero, pequeña y dulce dinamita. Y siempre, siempre, siempre.... te querré. 



martes, 24 de septiembre de 2013

Por su aliento

Hoy me siento tan triste que el cielo me dice “amor,
Es impensable que hoy sienta el cariño que no
He sentido en estos últimos inviernos”

Hoy quiero susurrarte palabras valientes, yo
Quiero conocerte y enseñarte el valor
Que entregamos en nuestro último aliento.

Y es que he visto demasiado sufrimiento,
Muchos lloros y lamentos
Y es que he visto palabras indecentes
Y he sentido el golpe del desaliento,
Mi fuerza fue mi sustento,
Y no quiero marcharme todavía…

Y fueron ellos los que me dieron su ejemplo
Y ahora echo tanto de menos
Y desde arriba siguen dándonos su aliento

Y a ojos ciegos que nunca sabrán de esto,
De luchar sin pretenderlo
Y lo que es tener miedo a tu propia vida

Y sonreir como si no hubiera un momento,
Poner en todo el sentimiento
Y vivir como si no hubiera otro día

Yo solo quiero que me muestres el camino,
Darte la mano y recorrerlo,
Contigo hasta el fin del firmamento
Contigo, hasta que llegue el invierno,
Por los que no lo consiguieron
Y darte mi pasión y sentimiento
En la muerte, por los que no nos conocieron
Por los que no sabrán de ellos…
Por la vida y esa fuerza que nos une… por su aliento.


Y seguiremos respirando todavía.





Chica Salada

lunes, 23 de septiembre de 2013

Tiempo


Se  acorta cada vez que me oigo respirar.
El tiempo… tan largo e interminable en algunos momentos,
Tan frágil y distante, cuando no me concentro.
Tiempo. Lo que algunos desechan, y otros anhelan mirándose al espejo.

Tiempo, lo que algunos no tenemos.
Los que miramos con prisa, ansiando saborear el momento.
Tiempo, todo lo que es bello. Que se esfuma, quizás, como una sonrisa al viento,
Como una mirada perdida entre tanto sufrimiento.

Tiempo, tú que me miras. Tú que me acoges entre barrotes de cemento
Dime cuánto queda en mi vida de amaneceres y conciertos
Dime cuánto amor queda en este corazón fuerte y débil, que espera, con desconcierto.


Cuánto aire, cuánta vida, queda en mis pulmones sin aliento.






Chica Salada

martes, 10 de septiembre de 2013

Tatuajes y Cupcakes.

Sé que tengo el listón muy alto si quiero hablar de tí. Porque eres alguien que lo merece. Seguramente defraude con mis palabras a aquellos que te conocieron, que respiraron contigo hasta el último ápice de tu aliento.

No hablaré de tí, entonces, porque no quiero manchar tu nombre. Hablaré de mi (nuestra) percepción de tí, y de lo que ha significado la noticia de tu muerte.

Salir de un examen feliz, contenta, reencontrarte con amigos y recibir la noticia devastadora de que habías decidido alejarte de nuestro camino. No he podido aguantar las lágrimas, y me he sentido débil y frágil, ante las miradas de personas que no comprendían, que nunca comprenderán, el sentimiento que muchos hemos sentido.

No eras solo una más. Eras Olaia Oli Ouh , casi un icono inconsciente de nuestra pequeña lucha común. Eras un icono de fuerza y esperanza. De lucha incansable donde las haya y de alegría, más allá de todo el sufrimiento que hayas podido pasar. Sé que todos, de alguna manera somos así. Todo ser humano es especial. Pero nuestra percepción de tí, al menos la mìa, era esta, Olaia. Y aunque te vayas, aunque ya no estés aquí, con nosotros... no va a cambiar.

Es curioso como en un proceso de duelo se despierta nuestra parte trascendental. Nuestro "yo" filosófico. Nuestro "yo" espiritual. Pero estoy convencida de que estés donde estés leerás mis palabras, y todas las que todo el mundo te escribe, todas las palabras u oraciones que te dedican. Todo el sentimiento que vuelca la gente que te quiere.

Porque si una cosa es cierta, más allá de la vida y de la muerte, de la existencia eterna o de si existe Dios, es que quedamos en el recuerdo de quien nos quiere. Que nuestros actos nunca son en vano y que lo que hacemos o decimos, siempre tiene repercusiones.

Con pequeños actos, que quizás ni imaginaste, tocaste el corazón de mucha gente. Con tu simple ejemplo de fortaleza y alegría conseguiste, estoy segura, inundar mañanas sin sol de muchas ventanas que quizás ni conocías. Con tu simple optimismo sacaste un ápice de esperanza allá donde ya no había. Y yo, por la parte que me toca, y por todos ellos, te lo agradezco. Porque pocas personas son capaces de despertar el alma de otra sin apenas rozarla, sin apenas tener contacto tal cual. Muy pocas personas son tan sumamente humanas y fuertes de incrustarse en el corazón de otros. Y tú, Olaia, lo conseguiste.

Por eso quería escribirte esto, porque te lo mereces. Porque eres, has sido, una luchadora incansable, y sólo quería agradecerte, de alguna manera, haberte conocido. Porque me quedo tu risa, tu fuerza, esperanza y alegría.

Descansa allá arriba y dale un beso fuerte a aquellos que ya están allí.
Hasta siempre.