Niña enfurruñada, traviesa
que juegas con las nubes
y sueñas por encima
de las tormentas
que agujerean el alma.
Niña de rizos dorados,
que saludas al mar y abrazas,
a nosotros se nos ha olvidado
besar la vida en las miradas.
Niña alegre,
que llenas de sonrisas
mis recuerdos amargos.
Dime dónde puedo
encontrarte aquí dentro,
hace frío y tengo miedo.
Enséñame de nuevo
a abrir las alas.
Enséñame de nuevo
a ser incendio.