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domingo, 14 de julio de 2013

Estaré enamorada

Y pensarte esta tarde en los rincones en los que reflejado te he visto. Sonrojarme y caer, distraerme, descubirme con los ojos despiertos, soñando.  Fingir mutismo.

Mantengo el control de mis instintos pero no dejo de imaginar lo que no fue y pudo haber sido. El sabor de unos labios que rozaron el cigarro que quedó sin prender, aún esperando. La historia que antes de empezar ya era olvido.

Y aun así recuerdo lo que no hicimos.  El sol asomado entre las nubes en días de granizo. Las distancias acortadas por momentos sedientos de agua, que quedaban sin comprender, para evaporados, acabar extintos.

Tiempo que no es tiempo, quizás, más de lo que una vida espera y puede haber exigido. Siempre que valga la pena, siempre que haya una meta que justifique el camino.


“¿Y por qué hablas siempre de amor?” Me preguntan. “Estaré enamorada”, digo.





Chica Salada

miércoles, 10 de julio de 2013

Sentimiento extinto

Enfrentamiento incesante entre arrebatos de pasión y mudez de exilio. Alejada de la zozobra que provocaba ver su silueta ante mis ojos fijos. Insensibilidad ilusoria, adormilamiento infinito… que de nuevo, parece vuelve a caerse pese a los años que quedó el sentimiento extinto.

Pasión insensibilizada por rencores carentes de sentido. Autoengaños ilusorios, pasos hacia nuevos destinos. Barreras de oro resplandeciente que se funden cual líquido fluido. Ahí está, y yo lo miro.

Sentimientos apagados de nuevo medio encendidos. Incredulidad, indefensión… desabrigo. Recuerdos de un pasado fugaz y efímero, que martillean mi cerebro, antes sólido cobijo.

Añoranza de esa voz, de esos grandes ojos fijos. Cuán mi mente apagó lo que creí que quedaría en el vacío.  Y ahora vuelve. Sobresaltando, sin aviso.


Sentimientos que quedaron sin sentido. Razones que quedaron sin abrigo. 





Chica Salada

martes, 2 de julio de 2013

¿Existe verdaderamente el amor?

Me desperté. Sobresaltada, temblorosa y sudando. Mi pulso estaba desbocado y mi corazón a punto de enloquecer. Lo miré; aún dormía. Quise abrazarle, pero no pude.

Lejos quedaban las noches de calor  y ternura, noches en las que nos acompañaba la luna y habíamos retado al amanecer y al sol. La noche era nuestra. Aunque no hubiera sexo, aunque simplemente nos contemplásemos, en silencio, perdiéndonos en los ojos del otro, en los labios, sinuosos y llenos de calor.

Lejos quedaban las miradas intrigantes y de improviso, entre los transeúntes,  entre los que no estaban provistos de las toneladas que llevábamos nosotros de amor. Lejos estaban nuestros paseos, nuestras bromas y nuestras risas. Nuestras tardes de café y nuestras horas consumidas cuan minutos que se daban prisa.  

Lejos estaban sus ojos claros, su pelo negro. Lejos las palabras bonitas y de cariño. Los poemas y escritos.  
Creímos que habíamos encontrado algo verdadero, de eso que dura más allá del paso del tiempo. Pensamos que habíamos encontrado eso que todo el mundo anhela. Creímos que éramos afortunados, elegidos. 

Pensamos ingenuamente que siempre estaríamos juntos, sumidos en un sentimiento que duraría para siempre.
Pero todas esas risas y momentos fueron desapareciendo. La pasión se fue alejando, dando paso a la rutina y al desazón. La  tristeza y apatía se apoderó de lo que antes inundaba el amor. O el sentimiento que nos embargó.  Nos convertimos en extraños que antes eran uno. En brazos desgarrados que antes eran incapaces de no dar abrazos. Las preguntas quedaron sin respuesta, e incluso, sin pronunciar. La indecisión, se apoderó y dio paso a la duda, las mentiras y al rencor.

Nada quedó de aquello que una vez fuimos. De lo que una vez prometimos ante el mundo, la luna y el sol. De lo que proclamamos, lo que soñamos despiertos y lo que nos autoinculcamos. Y finalmente, se acabó. Y aunque echemos la vista atrás nunca encontraremos el camino que el destino marcó. Se ha desvanecido. Se marchó.

Y ahora es solo un desconocido que duerme junto a mí. Y sé que no es la persona que inunda mi corazón, ya no hay cariño, ilusión o pasión. El "para siempre" se convirtió en "ya no".


Y yo me pregunto: ¿existe verdaderamente el amor?



Chica Salada