¡Bienvenid@s!

Gracias por dedicar un momento a pasear por estas letras.
Podéis seguirme también en:
Facebook: Besos que Saben a Sal
Instagram y Twitter: @Chica_Salada

¡Nos leemos!

domingo, 22 de diciembre de 2013

Dependencia emocional

“Te llamaré”. 
Y sé que no lo harás pero me miento a mí misma. Porque entran en juego los autoengaños para disminuir la disonancia cognitiva. Ilusiones y falsas expectativas que mitigan las palabras diferidas. Miedo. Ansiedad. Depresiones por desamores que alivian  las pastillas. Con lo fácil que hubiera sido poner realidad y no desajustadas perspectivas. ¿Hay algún rincón del corazón que se guarde de las benzodiacepinas? Y no. Mis redes no quieren otras salidas. sólo quieren tu tacto y tu olor, la liberación de mi Oxitocina. Serotonina, Dopamina… Pasión. Roces que me hacen perder el norte. Labios que me niegan quién soy yo. Caer en el abismo dulce de la dependencia al amor. Cómo no, si mi recompensa es tu calor. Cómo no si me completas. Si  sin ti no hay yo.  Y claro, pierdo mi identidad, mi realidad… Desrrealización. Y caigo en la dependencia emocional de quien teme no ser lo suficiente, no ser la mejor. Pero estás tú, que me quieres. Estás tú, que llamarás y con unas bonitas palabras calmarás mi temor. Y no necesitaré ni Lexatin ni Escitalopram para dormir mejor. Porque contigo soy yo. Y me agarraré a mis esquemas sobre el amor porque la profecía se autocumplió. Y mi sistema límbico dirá “¿ves?” y mi neocórtex dirá: “Mañana será peor”. 



Chica Salada

martes, 3 de diciembre de 2013

Y cambié los piercings por tatuajes...

Cambié los piercings por tatuajes. Cambié el dolor por el sabor de la alegría de saber que sigo viva. Que sigo siendo yo. Cambié la gris perspectiva por una vida llena de color. Mi sustento fue mi fuerza; mi bandera, el amor.

Negocié con el Destino. Le pedí tiempo y me dio redención.  Que si somos felices es cuando percibimos control. Que nadie mueve nuestros hilos, que sólo nosotros somos los dueños de nosotros mismos. Cantemos otra canción.  Pongamos música a la vida, acordes a la desolación. Apaguemos las luces y encendamos las velas de las utopías, de las ilusiones. Pongamos en la vida todo nuestro corazón. Veamos más allá de las tormentas. Sellemos las lágrimas con sonrisas. La anhedonia con pasión.  



Chica Salada

lunes, 2 de diciembre de 2013

Te voy a escribir una carta

Te voy a escribir una carta, aunque nunca la leerás. Perdóname si te molesta. Te voy a escribir una carta en esta arena de la playa, la meteré en una botella y la tiraré al mar. Pero no será de esas botellas de películas en las que de repente encuentras y te enamoras de mí. Será una botella que se pierda entre las olas, y busque navegando algún destinatario al que acudir. No me gustaría que la leyeras.

Quiero que la encuentre alguien que no tenga nada que ver contigo, ni conmigo. Contaré el día en que nos conocimos. Contaré nuestra historia, aunque prometo no contar toda la verdad. Contaré lo bonito. Lo que quedó marcado como una huella imborrable en lo más profundo de mi mente. Contaré cómo te mordiste el labio al verme, ese labio sinuoso que besaría después tantas veces. Entre mis sábanas, en el metro, en mitad de la calle… cómo me mancharían repetidas veces de carmín pero no me importaba, porque no era comparable al rojo de tu corazón. 

Contaré cómo tus manos, delicadas, me arropaban cada noche al dormir y cómo me llegaron a conocer más incluso de lo que yo mismo me conocí. Cómo cada vez que me rozabas me tocabas el alma y me hacías volar entre sueños y cielos que nunca me atreví a sentir. Que si la felicidad existe, contigo la conocí. Y cómo me encantaba dormir junto a tu pelo, acariciar tu espalda y despertarte con dulces besos.

Cómo a escondidas leías mis versos, y me abrazabas. Y reías dulcemente mientras se te escapaba una lágrima y mis labios encontrabas. Narraré cómo me hiciste el hombre más feliz del mundo cuando me dijiste que una vida había nacido de nuestras noches de amor bañado en jazmín. Y ahora, te miro embelesado y me miras, ajena a lo que escribo, a cómo te describo y a todo lo que estoy recordando. Cómo amo tu sonrisa, tu mirada. De mujer, de madre, de amante. De mi locura, mi calma.

Escribiré una carta. No puedo guardar únicamente en mi recuerdo los amaneceres en los que he rozado el cielo. Necesito que escuchen tu risa. Que sepan cómo sabes. Por favor no leas esto.

Y aunque ya lo sabes... Te quiero.





Chica Salada