"Se marchó, y no volverá. Y su recuerdo permanece como si nunca se hubiera ido. 4 meses, desde que la perdí. Desde que la perdimos. Y ese último adiós aún permanece desvanecido, inmerso en mis pensamientos, sin atreverse a salir. Porque no quiero dejarla. No quiero pensar que ya no está entre nosotros, entre los vivos. Que ya no volveré a verla, ni a saludarla. Que no podré ver su rostro, ni acudir a su casa. Que nunca podrá sonreírme como antes, que no podré abrazarla. Me aferro a su recuerdo pensando que aún está conmigo. Que en el fondo no se ha ido. Que nunca nos ha dejado. El funeral fue de otra persona, de otra familia. Yo era simplemente una tercera, invitada a observar algo que no era mío. Pero si, era ella. Era mi abuela la que había partido.
Y sin embargo aún la recuerdo, y aún pienso en 2, junto con mi abuelo. Aún mi pensamiento no se dirige hacia ella cuán efímera existencia, creyendo, quizás, que aún estoy tiempo de honrarle como siempre se ha merecido. Aún creo que puedo arreglar todo lo sucedido. Que estuvo en mi mano poder haber hecho más. Poder hacer que se fuera con un buen recuerdo mío.
Es en estos momentos cuando te arrepientes del camino escogido, de no prestar en realidad la atención necesaria (y más que necesaria), a tus seres queridos. A los que amas. El sentimiento de encontrarte en una carretera egoísta y solitaria. Y te das cuenta que llegado un momento, sólo quedan recuerdos. Estos recuerdos, estos pensamientos, son los únicos que te acompañan, cuando sus protagonistas ya no pueden hacerlo. Cuando su vida se ha extinguido.No quiero olvidarte, abuela. No quiero sentir que de verdad te has ido. Te pido perdón, por todo. Y te doy gracias por lo que directamente, y también sin pretenderlo, me has ofrecido.De alguna manera, te prometo que seguirás viva en mi pensamiento.Como dijo Neruda; “Mi alma no se contenta con haberla perdido.” "
Quiero publicar esta reflexión, que escribí hace meses por el fallecimiento de mi abuela, el 3 de Agosto del 2011. Quiero dejar un recuerdo hacia ella aquí, en mi blog. Se lo merece.
A mí siempre me gusta pensar que, desde algún lado, ellos siguen con nosotros :)
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